viernes, 26 de septiembre de 2008


Correos ha adquirido un local en Mutxamel para trasladar la unidad de reparto del municipio. El nuevo inmueble, situado en la calle Pintor Gastón Castelló número 1, acogerá a todos los carteros, mientras que la atención al público se seguirá prestando desde la Plaza Nova, 26. Las nuevas instalaciones de Correos dispondrán de cerca de 350 metros cuadrados, por lo que incrementará la superficie disponible para la empresa postal en la zona. Correos ha invertido 615.250 euros en dicha adquisición que permitirá mejorar la prestación del servicio postal a los 20.300 mutxameleros. Antes del traslado, la empresa postal debe acometer las obras de adaptación del local.La adquisición de esta nueva unidad de reparto se encuadra en el Plan General de Calidad de Correos que recoge las actuaciones necesarias para dotar a la sociedad estatal del equipamiento adecuado para mejorar la eficiencia y las condiciones de trabajo de todos sus empleados así como cumplir su compromiso de prestar el servicio con las máximas garantías de calidad, accesibilidad y eficiencia.En los municipios de la comarca de L'Alacantí, la empresa postal está realizando inversiones que superan el medio millón de euros destinadas a renovar los centros de trabajo de Sant Joan y Xixona. Correos tiene previsto invertir durante el año cerca de 12 millones de euros en renovar varias sucursales de la provincia así como las unidades de reparto de Ciudad Quesada, Xàbia, Playa de San Juan y Finestrat, entre otras. Correos se considera una de las mayores empresas españolas. Actualmente tiene alrededor de 1.700 empleados y cerca de 270 puntos de atención al cliente

jueves, 25 de septiembre de 2008

¿Privatización del Correo Frances?


Trabajadores de correos franceses, en huelga contra la "privatización"
Hace 1 día
PARÍS (AFP) — Los cinco sindicatos del servicio de correos franceses (La Poste) convocaron este martes a una huelga y a manifestaciones en todo el país contra la "privatización" de la empresa pública, que se convertiría en sociedad anónima en 2010.
La huelga era acatada por un cuarto del personal este martes por la mañana, según la dirección de La Poste, mientras los sindicatos hablaban de un 40% de huelguistas y saludaban una "gran jornada" de movilización.
Un proyecto para cambiar el estatuto de La Poste elaborado por la dirección del servicio fue transmitido al gobierno a comienzos de septiembre. Este prevé que la empresa estatal pase a ser una sociedad anónima a partir de enero de 2010 y la apertura de su capital un año más tarde.
Para discutir el proyecto, el gobierno recibió poco después a sindicatos, asociaciones de consumidores, parlamentarios y ediles, y anunció la creación de una comisión sobre el futuro del organismo compuesta por ediles y responsables sindicales. Esta comisión deberá entregar un informe de aquí al 30 de noviembre.
El cambio de estatuto tendría como objetivo preparar a La Poste para la liberalización del mercado postal europeo en 2011 y luego, con la apertura del capital, obtener fondos que podrían llegar a los 3.000 millones de euros, según dijo a la prensa el presidente de la entidad, Jean-Paul Bailly.
La dirección de La Poste aseguró que el Estado seguiría siendo mayoritario dentro del capital, en virtud de la ley que le prohíbe poseer menos de un 50% del capital, a raíz de la misión de servicio público del organismo.
Las organizaciones sindicales, con el apoyo de los partidos políticos de la izquierda, ven en la operación una "primera etapa hacia la privatización". Jean-Claude Mailly, líder de una de las grandes centrales sindicales, recordó los casos de otros servicios públicos como France Telecom (teléfonos y comunicaciones) o Gaz de France "en que los poderes públicos dijeron 'no hay que preocuparse, sólo vamos a abrir un poco el capital' y unos años más tarde la empresa fue privatizada".
También ven en este proceso el peligro de importantes supresiones de puestos de trabajo y un deterioro o la anulación de prestaciones que la institución, en tanto organismo público, está obligada a ofrecer.
La Poste, además de ofrecer el servicio de correos, es también una institución bancaria pública que permite abrir una cuenta corriente a personas que disponen de recursos mínimos. Por otra parte, en algunos lugares aislados, es el único vínculo entre la población y los servicios del Estado.
Las organizaciones sindicales esperaban para este martes una movilización mucho más importante que en huelgas previas, cuando la participación fue inferior al 20%. La FAPT-CGT, principal sindicato en La Poste, anunció haber obtenido 160.000 firmas para una petición contra la "privatización". Para Colette Duynslaeger, dirigente de la FAPT-CGT, es la primera vez que una movilización consigue tal unidad sindical.
Según un sondeo publicado el martes por el diario L'Humanité, allegado al partido Comunista, un 61% de los franceces dicen no ser favorables a un cambio de estatuto de La Poste. Esta consulta revela también que el 57% de los franceses apoyan o "simpatizan" con la huelga de este martes.
Más de 40 manifestaciones se desarrollan este martes en toda Francia, y en París, un desfile culminará frente a la sede central de La Poste, según los sindicatos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Abandono del edificio de Correos de Gabriel Miro


ecinos y comerciantes del Centro Tradicional de Alicante vienen reivindicando desde hace años la recuperación de la zona. Un retén de la Policía Local y la rehabilitación del edificio de Correos en la plaza de Gabriel Miró han sido los estandartes de las reclamaciones. El Ayuntamiento logró abrir por fin el pasado mes de julio la sede policial en la calle Canalejas, no sin problemas. Hasta tres concursos fueron convocados para encontrar un local, y los tres fueron declarados desiertos, pero el compromiso fue cumplido finalmente. Lo de Correos es una larga historia de fiascos e incumplimientos por parte de casi todos los implicados: la propia administración local y, sobre todo, la compañía postal. Han transcurrido seis meses desde que la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante concedió a Correos la licencia para rehabilitar el emblemático edificio. Y no fue fácil, tal y como ha venido informando este diario. Fuentes municipales ratificaron ayer a este diario que la compañía postal tiene todos los parabienes, desde los informes de Urbanismo hasta los de Bomberos, para comenzar las obras, pero no lo han hecho. Impaciencia La Verdad preguntó hace unos meses en Correos cuándo estaba previsto el arranque de los trabajos. Vecinos de la zona esperaban con impaciencia -ahora con preocupación- a los obreros en la plaza de Gabriel Miró. La respuesta oficial fue que aún no estaban adjudicadas las obras, circunstancia sorprendente si se tiene en cuenta que responsables de Correos habían acusado unas semanas antes al Ayuntamiento de tener bloqueada la concesión de la licencia. Es decir, cuando Urbanismo concede el permiso ni siquiera está adjudicado el proyecto de ejecución. Durante las últimas semanas, ha corrido un bulo entre vecinos y comerciantes del Centro Tradicional sobre el inminente inicio de los trabajos, en concreto para principios de septiembre. Ha arrancado el noveno mes del año y el edificio sobrevive en solitario, repleto de pintadas, con la fachada cubierta con una tupida red negra para evitar posibles desprendimientos a la vía pública y con la entrada por la calle Velarde tapiada. Este diario se interesó de nuevo ayer por la tramitación del expediente por parte de Correos. Después de la oportuna consulta desde las oficinas territoriales con sede en Valencia a los servicios centrales de Madrid, la respuesta fue la misma que hace cuatro meses: las obras aún no han sido adjudicadas. Al parecer, según las fuentes consultadas, la decisión debe ser adoptada por el consejo de administración de la compañía, y éste aún no se ha reunido para abordar el asunto de la plaza de Gabriel Miró. Las mismas fuentes confirmaron que, al menos, el concurso para adjudicar el proyecto de rehabilitación fue convocado y ya finalizó el plazo para presentar las ofertas. Algo es algo. A finales de febrero La licencia aprobada por Urbanismo a finales del pasado mes de febrero recogía un presupuesto de 3,2 millones de euros de ejecución material de la rehabilitación. Además, señalaba un plazo de 24 meses para realizar un proyecto muy ambicioso. Correos pretende recuperar los elementos de la antigua fachada del edificio, francamente deteriorada, además de vaciar todo su interior. La legislación actual sobre edificios protegidos obliga a mantener la fachada. Tras la concesión del permiso municipal, los servicios técnicos comprobaron la documentación presentada por Correos. Observaron que el proyecto de ejecución difería del básico, lo que, según las fuentes consultadas, no es óbice para el inicio de las obras. Además, no eran cuestiones de gran calado, pero que debían ser aclaradas por la compañía. Desde la Gerencia no se entiende el retraso, a no ser que, tal y como confirmó ayer este diario, Correos no esté en condiciones de comenzar la rehabilitación porque, en definitiva, aún no ha adjudicado las obras a ninguna empresa.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Que se pare el libre mercado que los empresarios se bajan





A estas alturas todo el mundo sabe que estamos inmersos –aunque aún se desconoce el grado concreto de profundidad- en una crisis económica de difícil parangón en la historia económica reciente.

Tan preocupante debe ser la situación que el nerviosismo generalizado está sacando a la luz lo que muchos agentes mantienen en su subconsciente y se niegan a declarar en público a pesar de que profesen su creencia en privado.

Así, nos hemos encontrado con que el presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha declarado que sería bueno hacer “un paréntesis en el libre mercado” para atajar la crisis. Esto es, el presidente de la organización económica que con mayor virulencia ha defendido la necesidad de llevar el libre mercado hasta sus últimas consecuencias; de liberalizar y privatizar toda actividad pública que, explotada en manos privadas, sea susceptible de generar beneficios; o de desregular y liberalizar los mercados de trabajo, ahora, cuando le ve las orejas al lobo, invoca el intervencionismo estatal.

¿Por qué no invocó la intervención pública en los tiempos de las vacas gordas? ¿Por qué no reivindicó la naturaleza imperfecta de los mercados y la necesidad de la intervención pública cuando las empresas experimentaban, año tras año, tasas de beneficio crecientes? Si tan perfecto era el sistema de mercado para canalizar las rentas hacia el excedente empresarial, ¿por qué ha dejado de serlo en estos momentos de reajuste?

Si se asume y se defiende la perfección del libre mercado –si es que tal cosa existiera, que ésa es otra- como mecanismo para la asignación y distribución de las rentas y los recursos, ahora toca asumir que esa misma perfección no hará sino facilitar el retorno de los mercados a una situación de equilibrio que, necesariamente, implicará dolorosos reajustes, que alguien deberá soportar esos costes y que, consecuentemente, lo más justo es que sean quienes más se han beneficiado de él los que en mayor medida soporten dicha carga.

Lo que no se puede hacer, lo que constituye una inmoralidad, es defender el mercado cuando, a través de su manipulación, redistribuye una parte creciente del ingreso nacional hacia los beneficios y, cuando éstos caen, plantear que el sistema tiene fallos y que es necesario recurrir a criterios de regulación diferentes y, en la medida de lo posible, instar al Estado a que asuma el coste del reajuste.

Lo que es inmoral es que cuando el sistema de mercado genera beneficios para unos pocos éstos sean apropiados privadamente y aquél defendido por sus virtudes; mientras que, cuando la crisis lo pone en cuestión y aparecen las pérdidas, se pase a reclamar el papel intervencionista del Estado y la socialización de las pérdidas.

Evidentemente, este planteamiento necesitaba de una respuesta. Y nadie mejor que el propio presidente del gobierno, el socialista Rodríguez Zapatero, para dársela. Su receta, como era de esperar, la propia de cualquier socialista basadas en los principios socialistas que tan fielmente sigue: respeto a la libertad de los mercados y a la competencia.

Podía haber dicho cualquier otra cosa. De hecho, tenía que haber aprovechado para decir ciertas cosas como, por ejemplo, reclamar un poco de vergüenza torera a los empresarios. Pero no, él va y pone sobre el tapete aquello en lo que cree, el prontuario de sus principios: libre mercado y competencia. Mira que hace tiempo que vengo reclamando un profesor de economía para Zapatero que no sea Solbes. Pues nada. Nadie me hace caso.

Y a todo esto llega Almunia, esa mente económica preclara, para decir que “el origen de la crisis es la avaricia”. ¡Toma ya! Otro que no se ha enterado hasta ahora que el sistema capitalista se basa, precisamente, en la avaricia (aunque sea un pecado capital -cosa que, por cierto, a la Iglesia Católica poco le ha importado nunca-).

Tenemos un comisario europeo de Economía que parece no haber leído –o, lo que es peor, haber leído pero no haber entendido- aquello que ya Adam Smith escribía a finales del siglo XVIII y que cualquier estudiante de Economía ha debido al menos ver referido en algún momento de su vida académica: “no es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de lo que esperamos nuestra cena, sino de sus miras al interés propio, y nunca les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas”. Si lo hubiera leído y/o entendido y extraído las consecuencias que de ello se derivan ahora no andaría diciendo semejantes perogrulladas haciéndolas pasar por explicaciones de una crisis cuyas causas últimas creo que escapan a sus entendederas.

Así que, nos guste o no, seguimos siendo un país poco serio: con un empresariado que, más acostumbrado a la especulación que a la producción, se echa a temblar y se reniega de sus creencias en cuanto el precio de aquello con lo que especula cae; con un presidente de un gobierno socialista cuyas declaraciones podrían ser las de cualquier neoliberal de la Escuela de Chicago; y con un comisario europeo de Economía que viene a echar una mano anunciando que acaba de descubrir la pólvora.

Alberto Montero (amontero@uma.es) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga. Puedes ver otros textos suyos en su blog La Otra Economía.

que supone la liberalización de los servicios postales??