lunes, 19 de septiembre de 2011

NUEVO CURSO POSTAL Y NUEVA LEGISLATURA DE LA MALA HERENCIA

A tres años desde el comienzo de la crisis, globalmente inaugurada con la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, iniciamos un nuevo curso postal con unos parámetros económicos más que complicados (el debate ya no es si hay o no crisis, sino si estamos o no al borde del precipicio económico), con un panorama político que apunta a un cambio de Gobierno, con posibilidad de una mayoría absoluta del PP, y con un escenario social y laboral marcado por un desempleo que continúa aumentando mes a mes (5 millones de parados) y por una política de recortes sociales inaugurada con el Decretazo impuesto por el actual Gobierno del PSOE en mayo de 2010, hace un año y medio, y cuyo testigo parecen querer recoger, con fuerzas renovadas, los que ahora van a llegar al poder.


Un curso de enorme exigencia ante el que va ser necesaria altura de miras, valentía y rigor por parte de todos y en el que, para CCOO, no va a tener justificación alguna plantear esfuerzos y sacrificios a los ciudadanos y trabajadores si los responsables políticos no dan un ejemplo mayor del hasta ahora dado.



Para los que se van: ¡¡¡ vaya herencia postal que nos dejan¡¡¡


Se hace difícil comenzar el curso sin una muy severa crítica al Gobierno que, según todos los indicios, abandona el poder tras dejar una herencia que va a pesar sobre Correos –como lo va a hacer sobre el conjunto del país- durante los próximos años, tanto por lo que no ha hecho –que no ha sido poco-, como, especialmente, por lo que ha malhecho.


La legislatura que ahora está a punto de cerrarse, desde la inacción, desde el ninguneo y desde la negativa a colocar a Correos en la agenda política, ha venido salpicada por decisiones, en todos los sentidos, “inolvidables”: récord de cuatro Presidentes al frente de la empresa en una sola legislatura sin continuidad alguna en la gestión; imposición desde Fomento de Directivos y responsables zonales a la carta de las necesidades del partido más que a las de la sociedad y los trabajadores; demora hasta última hora de una nefasta Ley Postal que, en lugar de abrir la legislatura en 2008, la cerró en falso, a la desesperada y con la movilización de la Mayoría Sindical –menos UGT, CIG, ELA y LAB- tras cuatro años de improvisación; recortes sin precedentes del 75% de la financiación para prestar el Servicio Postal Universal (SPU), del 50% de las inversiones (sólo 48 millones en 2010 frente a los 250 de hace 3 años), del 10% del empleo (7.000 puestos menos) y del 5% de salario (recortado a los funcionarios). Y para rematar la faena, Fomento sigue debiendo a Correos 500 millones de € que, según la propia Ley Postal ya aprobada, le tenía que pagar.


¡¡¡Jod… con la política postal progresista¡¡¡. La carencia de proyecto alternativo, el recortar por recortar, no podía dejar a Correos sino en el lamentable estado actual: caída de la cifra neta de negocio por tercer año consecutivo, resultado del ejercicio 2009 y 2010 en déficit, descenso continuo de la cuota de mercado, descenso del empleo (7.000 menos de plantilla global), en definitiva, descenso de la actividad: Correos se para. Los 7 millones de pérdidas en 2010 de Chronoexprés pueden ser la metáfora perfecta –y amarga- de lo que pudo haber sido -un proyecto postal ambicioso- Y NO FUE porque no han querido que lo fuera.


Para los que vienen: crónica de un recorte anunciado


Ante el más que previsible cambio de Gobierno y relevo por parte del PP el próximo 20-N (y las últimas encuestas indican que más que por méritos propios, por el desgaste continuado del actual partido en el Gobierno), CCOO hace un emplazamiento y una advertencia claros, sin prejuicios ni mala intención, pero con absoluta convicción. El emplazamiento: desde la independencia sindical respecto a cualquier sigla y color de Gobierno, no vamos a renunciar a nuestra idea de Correos, la misma que hemos exigido desde hace años, que pasa por menos política y más gestión, y por dotarnos de un proyecto empresarial estable, en la dirección y en la gestión, que, dejando de lado la política, y superando nuestra dependencia de la carta, impulse nuestros potenciales de crecimiento desde la diversificación e internacionalización. La advertencia: repetir los errores del Gobierno actual –ya casi anterior- también conllevaría la repetición por parte de CCOO de la misma respuesta, en contundencia, extensión y, previo consenso con el resto de fuerzas sindicales, unidad de acción.


Para CCOO, el futuro no puede pivotar exclusivamente en los recortes y la austeridad –los que venimos contemplando en Correos desde 2009, con pésimos resultados- sino en equilibrar la imprescindible contención del gasto con el incremento de ingresos a través de iniciativas empresariales que potencien el crecimiento. En CCOO no hemos dejado de repetir hasta el cansancio aquellas medidas que podrían encaminarse en esa dirección: Desarrollo de la Ley Postal no lesivo para Correos, reformulación y despolitización de los órganos de regulación (Consejo Superior Postal y Comisión Nacional Postal) y de dirección (Consejo de Administración); pagar a Correos la financiación del SPU que se le debe (500 mill €); aumento razonable de inversión; impulso claro de la diversificación –paquetería, servicios bancarios, Correo Híbrido, Telecomunicaciones, …- y de la internacionalización; adaptación de la estructura empresarial a un nuevo modelo de crecimiento, y decisión para poner al frente de la empresa un equipo directivo que esté más pendiente de la gestión que de los vaivenes políticos del momento, es decir, profesionalización. Todo enmarcado en un plan estratégico a largo plazo que supere el cortoplacismo de los tiempos políticos de cada legislatura.


Reiteramos que el nuevo curso postal va a ser una exigencia para todos, políticos, trabajadores y organizaciones sindicales, y que vamos a tener que afrontarlo con decisiones y valentía. CCOO vamos a pelear por el objetivo de que Correos se sitúe en la agenda política y siga siendo una referencia en el mercado postal y de prestación de servicio público, vertebrador del Estado y su mayor empleador.


El 20-N, según todas las previsiones, un nuevo Gobierno -del PP- asumirá el poder y desarrollará su programa legitimado por las urnas políticas en las Elecciones Generales. Y nos preocupa el sonido de tambores lejanos anunciando recortes en nombre de ese nuevo mantra, la austeridad. Para los que vengan, CCOO vuelve a recordar que es norma de buena gobernanza conciliar esa legitimidad política con la expresada democráticamente en la urna laboral, la que en las Elecciones Sindicales de junio pasado otorgó a CCOO, por quinta vez consecutiva, la mayoría sindical, y al resto de organizaciones sindicales, su proporcional y legítima representatividad. Desconocer esta regla básica del diálogo social sólo puede abrir la puerta a lo que menos necesita Correos en el actual contexto: la conflictividad. Esperemos que el nuevo Gobierno, evitando lo que hizo el anterior, no confunda poder con autoridad.

Madrid, 19 de septiembre de 2011

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